abril 22, 2012

Tribulaciónes de un vegetariano iniciado: Recuerdos del Porqué

     La desición de ser vegetariano, vegano o sus semejantes, puede resultar sencilla para una persona, sin embargo empatar eso con su vida diaria, en especial en un país como mi México, es lo complicado. Nuestra cocina típica está cargada de productos cárnicos y sus derivados, y cualquier cambio en su elaboración causa un conflicto, ya no digamos su consumo.

  Son estos conflictos y deshabeniencias las que me ha inspirado esta primera  narración de esos hechos cotidianos a los que se enfrenta un iniciado en el vegetarianismo en México y seguramente en muchos otros países.

Recuerdo una vez -no fué la primera, pero sí importante- que me ví obligada a comer carne; estaba con unos tíos y ayudaba a las cocineras a preparar la comilona de ese día, no recuerdo que se celebraba pero era día de fiesta.

Esa mañana llegaron dos borregos y fueron atados en distintos postes, se hicieron comentarios sobre su gordura y las cocineras -a las que ayudaba- empezaron a compartir diferentes recetas de sus madres y abuelas, todo hiba bien hasta que mataron al primero.

Al principio los animales no tenían ni idea de lo que pasaba, pero fue el hecho de sujetar a uno lo que alertó a ambos, el borrego1 comenzó a luchar por soltarse de los brazos que lo sujetaban, mientras que el segundo berreaba con descesperación en dirección a su compañero.

Borrego 2 lo escuchó todo - como todos los que estabamos en ese mismo jardín- pero, al contrario de nosotros, lo vió todo, no desvió su mirada para nada, y continuó berreando, llamando a su compañero que, frente a él, estaba flacido, con la garganta abierta y sin vida. Cuando por fin se cansó, se hecho en la hierba y fue cuando aprovecharon para matarlo también.

Su sangre fue recolectada en una cubeta, para guisarla después, y mientras mi prima la movía para evitar que se acentara, me llamo para invitarme un trago, pero me negué, no por falta de valor sino por pena.

Mas tarde durante la comida, no quice comer la carne, y no faltaron los comentarios de "andale andale come" "no seas payasa" y "no vaz a engordar" y me sirvieron una porción, que tuve que comer afuerza,  me pareció pastosa e incomible, y en mi cabeza permanecía la imagen de borrego 2 llamando a gritos a su compañero y volví a preguntarme ¿Porque diablos, no miró hacia otro lado?

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